Páginas

22 enero 2011

Papá pirata

¿Recuerdan aquel comercial en el que un hombre entraba a una oficina para una entrevista de trabajo y al entregar su Currículum se le cae una película pirata en el escritorio del jefe?
La primera vez que lo vi, fue en el cine y cuando una voz en off pregunta que cómo se ve esa persona al comprar piratería respondí: pues claramente necesita trabajo.
Estoy de acuerdo en que las personas que dedican su conocimiento, su tiempo y su esfuerzo en la creación de algún bien, como las películas, los libros o cualquier otro objeto de valor, merecen ser recompensadas por su conocimiento y dedicación. Pero algo que me parece aberrante es que algunos elementos de la cultura y principalmente la educación sean inaccesibles para quien no puede pagarlos.
Obviamente hay visiones opuestas, por ejemplo, hace algún tiempo un escritor mexicano que se encarga de divulgar la ciencia y que ha trabajado en algunos de los centros de investigación más importantes del mundo, nos vino a platicar sobre su trabajo, la ciencia y su relación con el arte. Por alguna razón que no recuerdo bien, comento que odiaba los autos, pero lo que más odiaba eran las fotocopiadoras: porque son altamente contaminantes y porque (no lo dijo textual pero) es una forma de robar el trabajo de otros. Inmediatamente le comente que en un país como el nuestro donde más de la mitad de la población vive en pobreza, se tenían que pasar por alto algunas cosas como esas, si queríamos hacer llegar a más gente las ideas y conocimientos que pueden brindarnos los libros. Su respuesta fue que no… la pobreza no es excusa para no hacerse de algunos libros.
Yo no quise comenzar una discusión, pero creo que si es excusa, hay cosas mucho más importantes que una familia con 50 pesos diarios debe hacer. Lo que no creo justo es que mucha gente se quede sin divertirse o sin aprender porque no tiene los recursos necesarios para adquirir ciertos bienes.
Yo por ejemplo, no tengo dinero suficiente para comprar los más recientes libros sobre arte contemporáneo, tampoco podría ir al cine a ver todas las películas que me gustan, ni comprar los paquetes para aprender otro idioma que son carísimos. Entiendo que así funciona nuestro sistema, tanto así que la piratería en un delito, pero aún así no me parece justo.
Debido a esto y a una plática que tuve hace poco con un ex alumno, decidí crear un taller en el cual regalaré el material que he recopilado durante mi tiempo como profesor de inglés, aparte de ofrecer un par de horas a la semana de asesoría en mi casa (hoy comenzamos).

Hablando de los idiomas, quisiera comentar algo que me pareció super chido (esa expresión use, cuando respondieron mi pregunta) en un reciente viaje que realice.
Viajando por el metro, que iba relativamente vacio camino al hotel, se sentaron detrás de mi asiento una mujer y dos niños. Comencé a poner atención en lo que pasaba con ellos por algo muy curioso. La Mamá les estaba contando un cuento en español, el niño le hacía preguntas en ingles y la niña intervenía en la plática en alemán. Después de un rato en que fueron cambiando de idioma entre los tres, me di la vuelta y le pedí a la mujer que me explicara lo que estaba escuchado. Su respuesta fue más o menos así: Yo soy ecuatoriana, mi esposo es alemán y nos conocimos estudiando en Estados Unidos… les hablamos a los niños desde pequeños en los tres idiomas y ellos los entienden y hablan sin problema.
Esto muestra de manera muy clara algo que a veces no queremos reconocer… todos tenemos una habilidad natural para los idiomas y como lo muestra esta familia, no tenemos un límite.
El problema es que al crecer vamos perdiendo algunas habilidades (aunque ganamos otras) y creo que nos vamos cerrando al mundo y sus posibilidades.
Pero el que algunas cosas puedan ser un poco más difíciles no quiere decir que no sean posibles, sobre todo mediante un método adecuado. Claramente (como lo pude comprobar) tratar de hacer mortales y ejercicios gimnásticos es bastante más difícil y doloroso a mí edad que si se comienza desde niño… pero no imposible. De la misma manera que los músculos se hacen más fuertes y elásticos con el ejercicio adecuado, el cerebro crea nuevos caminos y fortalece las aéreas que trabajamos constantemente.
Por tanto mi consejo es muy simple… si quieren aprender otro idioma, acuérdense de cómo le hicieron para aprender español y repítanlo, o sea… hablen.

16 enero 2011

No +

No más sangre es una iniciativa ciudadana para exigir un alto al clima de violencia que vive el país. El autor de la iniciativa, el monero, Rius nos pide a todos que superemos el miedo y mostremos nuestra indignación y rechazo a la guerra comenzada en México por “…un solo hombre [que] ha venido a mover un avispero, pero se refugia en su bunker y nos ha dejado a merced de las abejas”
La sugerencia es simple, mostrar la imagen de No más sangre en casas, autos y en cualquier lugar que podamos. El problema es que varios comentarios previos a esta iniciativa y muchos posteriores muestran una realidad que debemos cambiar: vivimos con miedo. Un miedo que surge a partir de que no tenemos claro donde comienzan “los criminales” y donde “el gobierno”.

Parece una situación muy difícil, pero no es algo diferente a lo que enfrentemos todos los días, muchas veces tenemos miedo de hablarle a esa persona que nos gusta, sentimos miedo cuando debemos platicar con nuestro jefe o cuando comenzamos una nueva aventura. El punto es que no podemos hacer que el miedo controle nuestra vida. Como dice una famosa psicóloga en su libro: siente el miedo y haz las cosas de cualquier forma. (Feel the fear and do it anyway)
No vencer el miedo que provoca hablar con aquella persona que nos gusta tiene repercusiones pero probablemente sólo en nuestra vida; vivir como una sociedad con miedo puede tener repercusiones mucho más duras para todos nosotros, como lo muestra un documental sobre el uso del miedo a través de la historia. The shock doctrine.
Yo no estoy exento de este sentimiento… aun sigo pensando si cuelgo o no el cartel en mi casa; pero creo que algo que podemos hacer todos, es comenzar a platicar sobre este grave problema con todas las personas que nos rodean.

PD1. La presentación de esta iniciativa aquí

PD2. Un análisis muy interesante sobre tenerle miedo al miedo en México
PD3. Documental… La doctrina del shock

PD4. Si viven en otro país o tienen contactos fuera… favor de pasar la voz y la imagen.

10 enero 2011

Todo es por tu bien

El texto de hoy surge a partir de un mail que me envió un compañero de La_Agencia (organización artística en la que trabajamos). Al leerlo recordé una situación parecida que me había ocurrido al platicar con mi Madre días antes, cuando le comente una idea/propuesta a ella y a mi Padre. Antes de comentar mi experiencia transcribo el email de Argel.

El miedo toca a mi puerta.
Apenas acabé de  pronunciar la palabra “mejor” y quedé frío cuando me dijo: “no quiero que expongas eso”, mi siguientes palabras fueron ¿por qué?  La respuesta fue porque no quiero tener problemas, yo trabajo en el gobierno y no quiero tener problemas, repetí mi pregunta ¿por qué?...
Apenas llegaba a mi casa de reunirme con mis compañeros de La_Agencia y hablar sobre los proyectos que intentamos echar adelante sobre educación y realización artística,  sobre todo yo con un proyecto, en el que cada quien bajo sus propias circunstancias  tendría que ocupar los espacios a los que tiene acceso y exhibir trabajos, bajo la idea de agotar primero los recursos que tenemos a la mano para después de eso pedir a otros ayudas y apoyos, pero también la idea es el gestionar ante nuestro entorno inmediato que es la familia estos espacios comunes. Bajo la premisa de que no se puede pretender llegar a un grupo social amplio si, ni siquiera podemos hacerlo comprensible para nuestra familia.
Pero la realidad me explotó en la cara cuando llegando de hablar de esto en la agencia mi mamá me pregunta  ¿cuál va a ser tu próxima obra que vas a exponer afuera? Le respondí que la frase, vivir mejor, escrita con cerillos. Apenas acabé de  pronunciar la palabra, mejor, me quedé frío cuando me dijo: “no quiero que expongas eso”, mi siguiente palabra fue ¿por qué?  La respuesta fue porque no quiero tener problemas, yo trabajo en el gobierno y no quiero tener problemas, repetí mi pregunta ¿por qué? Y matizó diciendo que no era en mala onda pero que ella vivía ahí y no quería tener problemas, que los tiempos están peligrosos y que como están las cosas al gobierno no le costaría nada balear una casa. Mi  primera reacción fue de enojo y molestia al enfrentarme justo contra lo que peleo en voz de la persona que más quiero. No pude evitar que mi visión se cristalizara por contener las lagrimas y no dejar que rodaran por mi cara, sin parpadear no hable más y camine a mi cuarto cual niño regañado y castigado.
Apreté la quijada, y tragué el coraje, respiré profundo y cuando el hígado ya había absorbido el madrazo, desmenuce la situación. Como fue que la guerra contra el narcotráfico había logrado llegar a mí de forma tan efectiva. Precisó y efectivo, justo en los elementos más significativos a través de quien más quiero, se me niega hacer lo que más quiero.   
Ganaron. El  proyecto del miedo llegó a mi casa, es efectivo, funciona, ahora ya todo lo vamos a hacer o dejar de hacer en función del miedo. Los MIEDOS DE COMUNICACÍON son  efectivísimos,  si la telenovelas solo lograron aletargarnos, las noticias sobre la guerra contra el narcotráfico cerró la pinza.
Ahora me queda jugar con mis propias reglas, hacerlo yo mismo, con lo que tengo, el espacio que creía tener no lo tengo más, el apoyo incondicional de mi familia ahora tiene límites, en este momento no se cual es la solución, pero el proyecto sigue.
Soy la última línea de batalla en mi familia del la lucha por un mundo ideal. En un mundo que se llena de gente que se adhiere a la frase: “Tratamos de cambiar el mundo y ahora tratamos de que el mundo no nos cambie” 
Yo pienso que si de alguna manera esta frase sale de tu boca es  porque el mundo ya te cambio.
                                                                                                 Argel Camacho Sánchez
El texto de Argel tiene muchas ideas y temas que vale la pena considerar y sobre los cuales reflexionar, pero hoy comentaré solamente de aquello que tiene relación con mi experiencia de hace unos días.
En mi caso, todo sucedió cuando les explicaba a mis padres una idea que tenia para escribir en el blog y que serviría como proyecto para La_Agencia. En resumidas cuentas quiero cambiar la idea y el concepto que tenemos los mexicanos de la política. Después de exponer mis vagas ideas, mi madre categóricamente dijo… eso no se puede. Trate de argumentar otras cosas y su respuesta fue la misma… no podemos cambiar el país: eso no se puede… eso no se puede y eso no se puede. 
Primero me encabrone, después me dio tristeza, finalmente comprendí que simplemente  teníamos ideas o creencias diferentes, lo cual me recordó una cosa que leí hace algún tiempo.
¿Alguna vez han ido al circo y se han encontrado con un enorme elefante sujeto con un grillete en una de sus patas?
La fuerza de un elefante adulto es mucho mayor de la que se necesitaría para romper unos grilletes como esos… ¿pero entonces, cómo es que el elefante no ese escapa? Muy fácil… porque cree que no se puede.
Cuando el elefante es pequeño, los entrenadores le amarran grilletes de los que por su edad no se puede escarpar, el elefante lo intenta y lo intenta hasta que se convence de que no se puede liberar y deja de intentarlo… aun cuando de adulto ya tendría la fuerza para hacerlo fácilmente.
La idea es muy simple y efectiva: si crees que algo es posible lo intentaras hasta conseguirlo o bien, hasta que creas (te convenzas) que ese objetivo es imposible.
Todos tenemos grilletes, que nos son impuestos por la sociedad o por nosotros mismos y que condicionan nuestro actuar, (“creencias”; cosa que discutiremos más afondo en otra ocasión) por ahora solamente señalare que es importante entender que somos personas con valores, habilidades, deseos y creencias diferentes, lo que para una persona puede ser algo fundamental para su existencia no necesariamente es así, ni para su pareja, hermano, ni mucho menos para su hijo.
No quiero que se piense que los consejos o ideas de los demás estén equivocadas, tampoco sus ideas y valores son malos, simplemente son diferentes. Porque todos y cada uno de nosotros somos diferentes: pensamos, sentimos y construimos nuestras prioridades y escala de valores de forma diferente. Tampoco sugiero con esto que la otra persona tenga una mala intención al ofrecernos un consejo o comentario, ni que por pensar diferente nos quieren más o menos. Simplemente es eso… pensamos diferente.

Finalmente no podemos dejar de ser lo que pensamos y por eso, nosotros tenemos la obligación de conocernos bien, para vivir acorde a nuestras ideas y no vivir a costa de lo que piensan los otros (padres, amigos, lideres, televisión, etc.) porque como dice Sir Ken Robinson: “Ninguna persona que te aleje de quien realmente eres puede estar haciendo las cosas por tu bien”

PD1. Este blog se nutre de ideas, experiencias y reflexiones, como la que Argel compartió con nosotros. Por esta razón les hago la más cordial invitación a que compartan sus ideas, críticas o comentarios en este espacio. Pueden enviarme un mail al correo del blog o bien escribir directamente en comentarios.
Mail: obra.en.construxion@gmail.com
PD2. Espero que la última cita donde dice “quien realmente eres” no se entienda como que somos de una sola manera e imposible de cambiar. No se trata de eso, pero esa idea será algo que trataremos después.
PD3. Acá hay otro loco que piensa que la política puede ser y debe funcionar de otra manera.
Y claro, hay también un ejemplo que apenas se va a estudiar en el mundo sobre un caso que ya logró avances con éxito.

 

06 enero 2011

Transformar la educación

Prácticamente toda mi vida la he pasado en la escuela, (bueno, al menos una parte del día y a veces estudiando) acabo de terminar mi segunda licenciatura y desde hace un tiempo he impartido clases en casi todos los niveles. Hay varias razones por las que no me he despegado de las escuelas, primero me gusta el ambiente entre compañeros, maestros y alumnos, dos me gusta aprender cosas y por último, no me atrae trabajar muchas horas (porque afrontémoslo, el trabajo generalmente lo único que produce es dinero y a últimas fechas no mucho). El motivo de estudiar una segunda carrera y no una maestría o algo similar es también la razón por la que escribo el día de hoy.
En aquel momento no sabía que elegir y haciendo caso a la sabiduría de mí madre (cosa que no le aconsejo a nadie) me enrole en la carrera del futuro, que también me permitiría obtener buenos ingresos. Pero como dije anteriormente, un trabajo donde el único beneficio es el dinero, al menos para mí, no funciona. Eso si me divertí mucho, conocí todas las playas cercanas, practique muchos deportes y lo mejor de todo desarrolle un método que me permitió hacer todo eso sin mucho esfuerzo escolar. Mi idea en aquel entonces es que había dos tipos de materias: pocas que son fundamentales y donde hay que aprender y las otras que solamente hay que preocuparse por sacar una buena calificación.
Ahora que miro hacia atrás me doy cuenta de que no es así, (ojala hubiera aprendido todo lo que vi desde pre-escolar) pero también me doy cuenta que las clases no deben ser tan aburridas, que lo programas no son adecuados, que se cortan procesos y habilidades del individuo buscando el “bien común” y tantas cosas más; fundamentalmente, que necesitamos transformar la educación. (No sean tan duros conmigo… miren atrás o a los lados y realmente digan si es o no necesario)
Voy a exponer un poco como surge ésta loca idea.
Como dije, saliendo de la prepa no sabía que estudiar porque mis deseos y lo que muchos decían que era importante no empataban. Esto fue más claro en mi etapa de profesor, platicando con un alumno de la carrera de Ingeniería Mecánica, me comentaba que lo que realmente le gustaría hacer era dedicarse a la música, y cuando le pregunte el porqué no lo hacía desde ese momento me respondió algo que me sonó muy familiar. - Sí, lo voy a hacer… ahora que termine mi carrera y consiga un buen trabajo, tendré dinero para dedicarme a hacer lo que me gusta.    
En ese momento comencé a recordar incidentes como ese y pude acomodar varias piezas de un rompecabezas que se venía armando en mi cabeza. Comencé a investigar y me encontré con libros que reúnen prácticamente todo lo que llevaba un tiempo atrás imaginando.
Con una base más solida de lo que se requiere para generar un proceso educativo diferente, comencé a desarrollar un proyecto para llevarlo a cabo, hace unos días renuncie a mis antiguas clases y espero poder echarlo a andar pronto. La mejor parte es, que no se siente como trabajo; ni la investigación y los libros leídos se sienten como cuando estaba en la escuela. Es más, al estar pensado como parte de un proyecto artístico… hasta me parece divertido.
Finalmente la idea general de la transformación educativa, del libro y de mi proyecto es transmitir la idea de que cuando hacemos algo que realmente nos gusta no importa el tiempo ni el esfuerzo… lo hacemos. Para esto, necesitamos encontrar dentro de nosotros (de los niños y jóvenes) esa actividad para la que somos hábiles y que disfrutamos hacer.
No todo en la vida son matemáticas y español, no existe un solo tipo de inteligencia (de esa que saca 10 en los exámenes) cada persona tiene un tipo de inteligencia distinta y habilidades que puede desarrollar. Lamentablemente la educación que conocemos se centra en solamente un tipo de inteligencia: la académica, dejando de lado el desarrollo de muchas más.

Termino con un fragmento del libro que ilustra la idea general, además de la liga de donde lo encontré.

-          Gillian era una niña que todos sus maestros consideraban problema, sus calificaciones y su conducta comenzaron a preocupar a todos, no ponía atención, se levantaba e interrumpía constantemente las clases. Cuando tenía 8 años, llamaron a sus padres y les dijeron que Gillian tenía un problema de déficit de atención y que debería ser enviada a una institución especial. Esto sucedió en los 30s.
Preocupada la llevaron con un psicólogo y en la primera cita el doctor se dedico a escuchar a su madre y todos los problemas que la escuela mencionaba. Después de un tiempo el psicólogo le dijo a Gillian que él y su madre tenían que salir por un momento. Antes de dejar el cuarto, el doctor encendió la radio de su oficina y dejaron a la niña sola. Justo un instante después de que se cerró la puerta, Gillian se levantó, comenzó a moverse y a bailar por toda la oficina. Asombrados por lo que había pasado, el doctor dio su diagnostico.
-Señora, Gillian no está enferma… es bailarina. Inscríbala en una escuela de danza.
Su madre lo hizo y la pequeña niña se convirtió en Gillian Lynne, bailarina profesional y una de las mejores coreógrafas de Broadway, con trabajos como Cats y el fantasma de la opera.

The Element. Audio libro en ingles
http://www.heroturko.org/ebooks/audio-books/611411-the-element-how-finding-your-passion-changes-everything-by-ken-robinson-phd-lou-aronica.html
  

PD1. Si lo encuentran en español… pues pasen la liga.
PD2. Si tienen una escuela y quieren probar estas ideas, echamos a andar el proyecto.
PD3. Otros modelos de escuelas que se quieren apoderara de NY
PD3. Aun sigo desempleado, pero con más trabajo que nunca.