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10 enero 2011

Todo es por tu bien

El texto de hoy surge a partir de un mail que me envió un compañero de La_Agencia (organización artística en la que trabajamos). Al leerlo recordé una situación parecida que me había ocurrido al platicar con mi Madre días antes, cuando le comente una idea/propuesta a ella y a mi Padre. Antes de comentar mi experiencia transcribo el email de Argel.

El miedo toca a mi puerta.
Apenas acabé de  pronunciar la palabra “mejor” y quedé frío cuando me dijo: “no quiero que expongas eso”, mi siguientes palabras fueron ¿por qué?  La respuesta fue porque no quiero tener problemas, yo trabajo en el gobierno y no quiero tener problemas, repetí mi pregunta ¿por qué?...
Apenas llegaba a mi casa de reunirme con mis compañeros de La_Agencia y hablar sobre los proyectos que intentamos echar adelante sobre educación y realización artística,  sobre todo yo con un proyecto, en el que cada quien bajo sus propias circunstancias  tendría que ocupar los espacios a los que tiene acceso y exhibir trabajos, bajo la idea de agotar primero los recursos que tenemos a la mano para después de eso pedir a otros ayudas y apoyos, pero también la idea es el gestionar ante nuestro entorno inmediato que es la familia estos espacios comunes. Bajo la premisa de que no se puede pretender llegar a un grupo social amplio si, ni siquiera podemos hacerlo comprensible para nuestra familia.
Pero la realidad me explotó en la cara cuando llegando de hablar de esto en la agencia mi mamá me pregunta  ¿cuál va a ser tu próxima obra que vas a exponer afuera? Le respondí que la frase, vivir mejor, escrita con cerillos. Apenas acabé de  pronunciar la palabra, mejor, me quedé frío cuando me dijo: “no quiero que expongas eso”, mi siguiente palabra fue ¿por qué?  La respuesta fue porque no quiero tener problemas, yo trabajo en el gobierno y no quiero tener problemas, repetí mi pregunta ¿por qué? Y matizó diciendo que no era en mala onda pero que ella vivía ahí y no quería tener problemas, que los tiempos están peligrosos y que como están las cosas al gobierno no le costaría nada balear una casa. Mi  primera reacción fue de enojo y molestia al enfrentarme justo contra lo que peleo en voz de la persona que más quiero. No pude evitar que mi visión se cristalizara por contener las lagrimas y no dejar que rodaran por mi cara, sin parpadear no hable más y camine a mi cuarto cual niño regañado y castigado.
Apreté la quijada, y tragué el coraje, respiré profundo y cuando el hígado ya había absorbido el madrazo, desmenuce la situación. Como fue que la guerra contra el narcotráfico había logrado llegar a mí de forma tan efectiva. Precisó y efectivo, justo en los elementos más significativos a través de quien más quiero, se me niega hacer lo que más quiero.   
Ganaron. El  proyecto del miedo llegó a mi casa, es efectivo, funciona, ahora ya todo lo vamos a hacer o dejar de hacer en función del miedo. Los MIEDOS DE COMUNICACÍON son  efectivísimos,  si la telenovelas solo lograron aletargarnos, las noticias sobre la guerra contra el narcotráfico cerró la pinza.
Ahora me queda jugar con mis propias reglas, hacerlo yo mismo, con lo que tengo, el espacio que creía tener no lo tengo más, el apoyo incondicional de mi familia ahora tiene límites, en este momento no se cual es la solución, pero el proyecto sigue.
Soy la última línea de batalla en mi familia del la lucha por un mundo ideal. En un mundo que se llena de gente que se adhiere a la frase: “Tratamos de cambiar el mundo y ahora tratamos de que el mundo no nos cambie” 
Yo pienso que si de alguna manera esta frase sale de tu boca es  porque el mundo ya te cambio.
                                                                                                 Argel Camacho Sánchez
El texto de Argel tiene muchas ideas y temas que vale la pena considerar y sobre los cuales reflexionar, pero hoy comentaré solamente de aquello que tiene relación con mi experiencia de hace unos días.
En mi caso, todo sucedió cuando les explicaba a mis padres una idea que tenia para escribir en el blog y que serviría como proyecto para La_Agencia. En resumidas cuentas quiero cambiar la idea y el concepto que tenemos los mexicanos de la política. Después de exponer mis vagas ideas, mi madre categóricamente dijo… eso no se puede. Trate de argumentar otras cosas y su respuesta fue la misma… no podemos cambiar el país: eso no se puede… eso no se puede y eso no se puede. 
Primero me encabrone, después me dio tristeza, finalmente comprendí que simplemente  teníamos ideas o creencias diferentes, lo cual me recordó una cosa que leí hace algún tiempo.
¿Alguna vez han ido al circo y se han encontrado con un enorme elefante sujeto con un grillete en una de sus patas?
La fuerza de un elefante adulto es mucho mayor de la que se necesitaría para romper unos grilletes como esos… ¿pero entonces, cómo es que el elefante no ese escapa? Muy fácil… porque cree que no se puede.
Cuando el elefante es pequeño, los entrenadores le amarran grilletes de los que por su edad no se puede escarpar, el elefante lo intenta y lo intenta hasta que se convence de que no se puede liberar y deja de intentarlo… aun cuando de adulto ya tendría la fuerza para hacerlo fácilmente.
La idea es muy simple y efectiva: si crees que algo es posible lo intentaras hasta conseguirlo o bien, hasta que creas (te convenzas) que ese objetivo es imposible.
Todos tenemos grilletes, que nos son impuestos por la sociedad o por nosotros mismos y que condicionan nuestro actuar, (“creencias”; cosa que discutiremos más afondo en otra ocasión) por ahora solamente señalare que es importante entender que somos personas con valores, habilidades, deseos y creencias diferentes, lo que para una persona puede ser algo fundamental para su existencia no necesariamente es así, ni para su pareja, hermano, ni mucho menos para su hijo.
No quiero que se piense que los consejos o ideas de los demás estén equivocadas, tampoco sus ideas y valores son malos, simplemente son diferentes. Porque todos y cada uno de nosotros somos diferentes: pensamos, sentimos y construimos nuestras prioridades y escala de valores de forma diferente. Tampoco sugiero con esto que la otra persona tenga una mala intención al ofrecernos un consejo o comentario, ni que por pensar diferente nos quieren más o menos. Simplemente es eso… pensamos diferente.

Finalmente no podemos dejar de ser lo que pensamos y por eso, nosotros tenemos la obligación de conocernos bien, para vivir acorde a nuestras ideas y no vivir a costa de lo que piensan los otros (padres, amigos, lideres, televisión, etc.) porque como dice Sir Ken Robinson: “Ninguna persona que te aleje de quien realmente eres puede estar haciendo las cosas por tu bien”

PD1. Este blog se nutre de ideas, experiencias y reflexiones, como la que Argel compartió con nosotros. Por esta razón les hago la más cordial invitación a que compartan sus ideas, críticas o comentarios en este espacio. Pueden enviarme un mail al correo del blog o bien escribir directamente en comentarios.
Mail: obra.en.construxion@gmail.com
PD2. Espero que la última cita donde dice “quien realmente eres” no se entienda como que somos de una sola manera e imposible de cambiar. No se trata de eso, pero esa idea será algo que trataremos después.
PD3. Acá hay otro loco que piensa que la política puede ser y debe funcionar de otra manera.
Y claro, hay también un ejemplo que apenas se va a estudiar en el mundo sobre un caso que ya logró avances con éxito.

 

2 comentarios:

  1. Yo siempre digo que uno no puede pararse frente a un tren y detenerlo. Pero uno puede de alguna manera tomar la velocidad del tren, subirse en el y llegar a la locomotora para detenerlo o corregir el camino o lo que sea. Yo no conosco la situación exacta de Argel, ni a su mamá ni bla bla bla bla pero lo que si conosco es que la adaptación es algo básico.
    Uno debe de saber adaptarse y la adaptación requiere que soltemos un poco de lo que no queremos soltar. Ceder pues. (Pero es solo por un tiempo, no de por vida.)

    Creo que tu mamá (Agentx) en parte tiene razón. En estos momentos, no se pueden cambiar las ideas de política que tiene el país. Pero en estos momentos.
    Actualmente muchísimos niños crecen sin una religión que, hace algunos años era algo básico para el mexicano. El modelo de familia está cambiando. Y además de todo, muchas instituciones tradicionalistas están cayendo al no poder soportar el ritmo de la sociedad. (Iglesia Católica desde luego y sindicatos por ejemplo.)

    Esto que llamamos país, va a cambiar; pero no seamos egoístas al querer ver en nuestra vida los resultados de nuestras acciones, esto de los cambios, siempre va para largo y yo ya me resigné que muchas de las consecuencias de mis acciones no las veré, pero sé que estarán ahí y así es mucho más fácil hacer las cosas.

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  2. Que tal lukas... creo que tienes razón, los cambios en nosotros y las sociedades suelen ser lentos y graduales. Lo bueno, es realizar esas acciones que creemos convenientes más allá de si podremos ver los resultados o no. Lo importante es identificar algunos momentos que nos puedan ayudar a hacer este proceso más rápido y aprovecharlos.
    Saludos.

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